SEGUIMOS APRENDIENDO…
Llevamos alrededor de 8 días visitando a las familias de los niños becados, y como bien dice mi gran amiga y compañera Alicia, está siendo un curso acelerado de la vida. Tener la posibilidad de entrar hasta dentro de los hogares y conocer la historia y situaciones de personas que por razones desconocidas les tocó vivir, nos sigue confirmando la gran necesidad y urgencia y por lo tanto responsabilidad de todos, de ir cambiando este mundo.
La verdad que estamos viendo de todo, desde familias humildes que han perdido al papá por una enfermedad y la economía familiar se resquebrajó, hasta auténticos culebrones donde los tiroteos entre familiares de por medio, órdenes de alejamiento y asesinatos a sangre fría crean sentimientos de odio hacia la vida propia y ajena.
Mamás que viven al día, luchando por sacar a los niños adelante, que perdieron a sus parejas porque alguien les disparó al volver de trabajar, y ahí siguen, peleando en este juego de la vida, y agradeciendo a Dios, como siempre, que cada noche pueda llegar algo de cenar a la casa. En estas circunstancias se podría comprender esa fe incondicional en la religión, como ocurre en la gran mayoría de familias con pocos recursos de todo el planeta, pero yo me pregunto entonces, ¿donde estaba Dios aquella noche en la que el marido o la prima, el hermano o la sobrina, no llegaron a cenar?
Me fascina, una vez más, la fuerza de la mujer, amantes incondicionales de sus hijos, luchadoras y guerreras. Nos encontramos con madres solteras, abandonadas por el papá de sus hijos, otro fenómeno social de estos países latinos. Hombres que dejan embarazadas a mujeres a quienes prometen amor y compromiso, pero con condiciones, ya que si la mamá tiene algún otro hijo más mayor, ya no hay trato, ya no interesa, demasiadas bocas a las que alimentar…
Veremos como la Asociación puede seguir apoyando el futuro de estos patojos, como aquí llaman a los niños, tratando de mejorar a la par la situación de sus familias, que no son sino unas víctimas más del terrible sistema en el que vivimos.
Y entre casa y casa, un poco de agua para refrescar nuestras ideas… ¡que llueva, que llueva!!!
3 comentarios:
Que dura y complicada la realidad que estás contemplando...
Con vuestra presencia ahi contribuis a cambiar un poco la injusticia que viven esas personas.muchisimos besos guapisima
Cómo estáis nenas???cuándo os marcháis a hacer la pedazo excursión?
cuidaros, un besico!!
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